Maestría al oboe para un inicio de curso
Faro de Vigo » Sociedad y Cultura Octavio Beares 03.10.2014 | 01:47
La Fundación Galicia Obra Social, Afundación, abrió ayer la nueva temporada de música clásica en Vigo con la visita de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG), dirigida por Dima Slobodeniouk, su director titular. Contó con un artista invitado de primer orden, el moscovita Alexei Ogrintchouk, reconocido solista al oboe
En su haber, hitos suficientes para avalar dicha sentencia: premio al artista revelación extranjero en los Victoires de la Musique Classique, primer oboe en la Orquestra Filarmónica de Rotterdam y en la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam y nombrado Artista Ogrintchouk BBC New Generation, a partir de lo que fue invitado a tocar como solista con varias orquestas de la BBC durante las temporadas 2005/2006 y 2006 2007 y como solista de orquesta de cámara en toda Europa (Théâtre du Châtelet, Théâtre des Champs Elysées, Cité de la Musique, Auditorium du Louvre, etcétera). Son pinceladas de un currículo vertiginoso que avala la expectación de la noche de ayer en la entrada del García Barbón.
Alexei interpretó el solista en el Concierto para oboe, TrV 292 (AV 144) en re mayor de Richard Strauss. La maestría del oboísta no es incompatible con un brillante sentido de lo diáfano, casi ligero. La pieza de Strauss, por su parte, se presta a ello. Strauss, nacido en 1864 y fallecido en 1949, supone la aleación casi simétrica de lo clásico y lo moderno. Entre el contraste y la síntesis, así el concierto para oboe interpretado por una bienvenida Sinfónica de Galicia permitió ver los claros timbres y la sabia mezcla, a veces contrastante, de los instrumentos. Siempre, claro, comandados por un brillante oboe.
Acompañó a la pieza para oboe, la Sinfonía núm. 22 en mi bemol mayor "El filósofo" de F. Joseph Haydn; la Symphonie de chambre núm. 5: "Dixtour d'instruments à vent", op. 75 de Darius Milhaud; y Pulcinella, Suite de Stravinski.
Haydn es uno de los grandes sinfonistas. Compuso 104, y su "filosofal" es una de las más reconocidas, presa de un sentido meditabundo y lírico. Darius Milhaud es el compositor contemporáneo más prolífico, o cuanto menos, de los más: 441 títulos. Su op. 75 navega entre la solidez y el surrealismo, una obra casi inquietante. Y Stravinski es, sin duda, el gran genio musical de la música clásica contemporánea. A partir de una propuesta inusual, escribir un ballet basado en partituras de Pergolesi y otros autores barrocos, inicia su periodo neoclásico, del que disfrutamos en esta obertura de temporada 2014/15.
FOTO Dima Slobodeniouk, dirigiendo a la Sinfónica de Galicia, ayer, en Vigo. // Ricardo Grobas